LeBron James ha sido la luz de Cleveland durante siete años, el líder espiritual de unos Cavaliers que acariciaron la gloria, con una final de la NBA en la campaña 2006-07, y que se convirtieron en el mejor equipo de la liga en la fase regular de las dos últimas campañas, con más de 60 victorias en cada una de ellas. Pero el jugador franquicia decidió que la aventura había tocado a su fin y que un cambio de aires sentaría bien a un currículo repleto de títulos individuales pero ausente de galardones colectivos.
James decidió marcharse al calor de Miami y montó un circo mediático que le hizo pasar de héroe al más odiado de los demonios para unos seguidores que le desearon tantos fracasos como dolor dejaba atrás. Pero el doble MVP no ha parado de volar cerca del cielo en los Heat y sigue aspirando al dorado anillo de campeón, dejando a los Cavaliers el papel de Satán, mostrando su lado más oscuro, avergonzando a sus seguidores, hundidos y achicharrándose en los fuegos del infierno.
La salida de su líder obligó a la franquicia a una restructuración que no ha funcionado a pesar de tener buenos jugadores como Jamison , Gibson ,Sessions y el prometedor J.J Hickson y que le ha llevado a la más oscura de las tinieblas. Los Cavaliers son desde el pasado lunes uno de los peores equipos de la historia de la NBA. El equipo dirigido por Byron Scott no ha superado la ausencia del alero y batió ante Dallas la marca de derrotas consecutivas de la liga. Son ya 25 seguidas, supera el récord que la propia franquicia poseía -en una racha sufrida entre el final de la campaña del 1982 y el inicio de la de 1983-, la herida sigue abierta y van camino de convertirse en el equipo con menos triunfos en la mejor liga del mundo.Su última victoria la celebró el 18 de diciembre ante los Knicks de Nueva York. Mientras que Lebron celebra el acierto de su decisión junto a Dwane Wade y Crish Bosh en unos Heat que ya han engrasado sus mejores piezas y cuentan con el mejor 'big three' de la competición, los Cavaliers parecen destinado a vagar por las profundidades de la clasificación durante unos años esperar por un número uno del draft como cuando escogieron a Lebron o refugiarse en el mercado de agentes libres .
James decidió marcharse al calor de Miami y montó un circo mediático que le hizo pasar de héroe al más odiado de los demonios para unos seguidores que le desearon tantos fracasos como dolor dejaba atrás. Pero el doble MVP no ha parado de volar cerca del cielo en los Heat y sigue aspirando al dorado anillo de campeón, dejando a los Cavaliers el papel de Satán, mostrando su lado más oscuro, avergonzando a sus seguidores, hundidos y achicharrándose en los fuegos del infierno.
La salida de su líder obligó a la franquicia a una restructuración que no ha funcionado a pesar de tener buenos jugadores como Jamison , Gibson ,Sessions y el prometedor J.J Hickson y que le ha llevado a la más oscura de las tinieblas. Los Cavaliers son desde el pasado lunes uno de los peores equipos de la historia de la NBA. El equipo dirigido por Byron Scott no ha superado la ausencia del alero y batió ante Dallas la marca de derrotas consecutivas de la liga. Son ya 25 seguidas, supera el récord que la propia franquicia poseía -en una racha sufrida entre el final de la campaña del 1982 y el inicio de la de 1983-, la herida sigue abierta y van camino de convertirse en el equipo con menos triunfos en la mejor liga del mundo.Su última victoria la celebró el 18 de diciembre ante los Knicks de Nueva York. Mientras que Lebron celebra el acierto de su decisión junto a Dwane Wade y Crish Bosh en unos Heat que ya han engrasado sus mejores piezas y cuentan con el mejor 'big three' de la competición, los Cavaliers parecen destinado a vagar por las profundidades de la clasificación durante unos años esperar por un número uno del draft como cuando escogieron a Lebron o refugiarse en el mercado de agentes libres .
No hay comentarios:
Publicar un comentario